sábado, 12 de marzo de 2011

Razón y corazón lo único que tiene en común es el -zón-

Supongamos que si. Que la ausencia del brillo en los ojos se fue.
Si!, a imaginar. Se llevó lo que quedaba, destello transparente de energía constructora de sentimientos alocados, cuestionados e inimaginádos. Ojo, cuestionados por mi, o por ellas...pelea de Cecilias que revolotean la aldea, sacan trapos al sol y se miran de manera indiferente. Porque cada una cree que tiene la razón, ésta entra en desazón cuando el corazón pierde el control sin importar la situación. Latiendo alegre, bajo la ilusión de tu sol se transforma en una gran evolución que por suerte n otiene control.
Feliz al sentir su sangre correr con agilidad, la sonrisa es la gran señal y el buen humor es testigo de este momento que sale al mundo con gran ilusión.
La razón va diciendo que no, que el corazón se equivocó una vez más, y le recalca sutilmente los errores cometidos tratando así de entender lo sucedido. La bronca y la lágrima que corre por la mejilla se apoderan de ésta loca razón que se va ahogando con mucha intensión en el gran dolor de esta situación.
Se concentra para no caer en la tentación, porque sabe que si va, que si mira para su costado tu fantasma la va a seguir esperando, aliada al corazón forman una gran unión.
Éste llora tapándose la cara, bajo la ducha, escondido en el baño o en el rincón de su cuarto, sombra de tu andar, espera de tu mirar, palabra que se convierte en la palabra deseada y vos lo sabés cuando recibís mi no comprensión o mi sentimiento de desazón.
El corazón cayó den tu tentacióny no le alcanza un supongamos, cuando su realidad no es otra en este mundo imaginado de besos no dados bajo la luna creciente.